miércoles, 25 de marzo de 2015

      
      RODOLFO, HASTA SIEMPRE
                                                                      
María José Martín Moreno

En este momento de tu vida, estás saboreando el final de tu etapa como profesor. Han sido muchos años dedicado a la labor educativa con una inherente vocación y profesionalidad, volcándote en cada uno de tus alumnos/as, ayudándoles a sacar lo mejor de sí.

Tus dotes para la expresión artística también quedarán para el recuerdo. Eras capaz de transformar en un segundo un elemento sin significado en una genial creación propia. El arte es especialmente un estado del alma; el que lo desarrolla es un descubridor de la belleza y de la realidad. Tienes gran capacidad para, con gran vehemencia, plasmar la inspiración en algo único y creativo; lo más increíble es que lo haces  desde la humildad, sin darle demasiada importancia.

                De ti también destacaría la capacidad de trabajo y la exigencia, pues al terminar la jornada siempre estabas buscando formas de ampliación (informática, otros recursos…), tratando de acercar el proceso enseñanza- aprendizaje a tus alumnos, ofreciéndonos (también a tus compañeros) todo este material.
                Siempre he valorado otras virtudes como la discreción, evitando siempre el juicio negativo de cualquier persona. Tu frase  “será para bien” ha sido un mensaje que siempre he compartido. Varias veces hemos hablado que en la vida todo es un aprendizaje y que tanto de la alegría como del dolor (aunque acrisola) se pude sacar una enseñanza. Eres persona profunda, cultivada… con la que da gusto conversar.

                Finalmente, destacaría tu gran humanidad y generosidad. No importa que estés ocupado, cuando alguien te pide ayuda, ha sido inmediato el esfuerzo por volcarte y darle lo mejor de ti. Has cuidado ese pequeño detalle que cuesta tanto olvidar. Eso lo sabemos bien los que hemos tenido la fortuna de trabajar cerca de ti.

                El que siembra, recoge .Por eso, Rodolfo, no te vas con las manos vacías. Te vas con la mochila llena de todo el cariño de alumnos, padres y compañeros del Villar Palasí.

                 Gracias por todo esto y por tantas cosas, momentos… que no se pueden expresar con palabras.

                                                                                                                                             Marzo 2015


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